5 Ritmos


FLUIDO
El Ritmo Fluido es la manifestación de la naturaleza femenina.
Lo femenino se mueve de forma circular, cíclica, continua, como lo hace nuestro planeta, la madre tierra, con su rotación circular que da lugar  al día y la noche y su orbita elíptica, a las estaciones etc. Las ondas y espirales son también expresión de este Ritmo.
Algunos de los aspectos de la fluidez en el ser humano, son la receptividad, la sensorialidad, la sensualidad, el enraizamiento, la capacidad de adaptación.
En nuestra cotidianeidad la fluidez la podemos percibir cuando estamos receptivos, a la escucha de las sensaciones de nuestro cuerpo, abiertos de la vida. Cuando nos adaptamos a las distintas circunstancias que se nos presentansin ofrecer resistencia, considerando las distintas posibilidades que tenemos para relacionarnos con una situación determinada.
Atender nuestras necesidades, cuidarnos a nosotros mismos, es nutrir nuestro aspecto femenino, con ello conectamos con nuestra fluidez innnata.
Su elemento es la tierra, por ello los pies en esta práctica son considerados nuestras raíces. Es la parte del cuerpo que está en contacto con el suelo, que recibe las sensaciones del entorno inmediato. Cuando dejamos que la fuerza de la gravedad haga su trabajo, permitimos que los pies sean nuestro sostén, nos asentamos bien en la realidad física, eso nos dota de seguridad y confianza en nuestro avance en el mundo y nos conecta con nuestro potencial instintivo.
STACCATO
El Staccato representa todo aquello que es de naturaleza masculina.
Lo encontramos en la linealidad de los objetos, en todo lo geométrico, en la estructura, el orden, las jerarquías, los límites.  Su movimiento se expresa también de esa manera, en ángulos, formas, espacios y tiempos definidos.
Su elemento es el fuego. En el ser humano sus aspectos se expresan a través de la pasión, el ímpetu, la atención, la claridad de la expresión , la intención focalizada y dirigida a un objetivo concreto.
También el Staccato tiene que ver con nuestro ámbito emocional y  la expresión de quienes somos. Expresar el corazón en el mundo con claridad y foco, sería la manifestación de un Ritmo Staccato bien integrado. El tipo de música que se emplea en el Staccato es percusiva, cálida, de esas que nos hace mover el torax, que nos invita a sacar el fuego que llevamos en  interior de nuestras caderas y nuestro corazón,  que llama al guerrero interior que cuida lo que ama.
 En nuestra vida cotidiana se ve reflejado por ejemplo en la organización de nuestros asuntos. En la forma en la que decimos si, o no a una situación determinada, como delimitamos nuestros límites, en como nos damos a los demás, como compartimos lo que somos, lo que sentimos, lo que queremos.
CAOS
El proceso de transformación inherente a la vida corresponde al Ritmo del Caos.
El Caos es la disolución de una estructura dada en algo diferente todavía sin definir, es el tránsito inevitable de lo conocido a lo desconocido.  Corresponde al ámbito de lo mental, su elemento es el agua, su cualidad característica es pasar de una estado a otro, ser siempre cambiante.
Siguiendo la evolución energética de la ola, al Ritmo de la forma le sucede el del cambio
Desprenderse de lo habitual y familiar  y entregarse al misterio de lo incierto, requiere soltar las riendas, el control, las preconcepciones, los apegos a lo preexistente, abrirse a las múltiples posibilidades del devenir con grandes dosis de confianza en la vida.  En realidad vivimos estos procesos de cambio continuamente, en mayor o en menor media, cada vez que experimentamos una alteración del curso de nuestras vidas, por ejemplo por un cambio de trabajo, una mudanza, el fin de una relación de pareja, etc.
 Muchas veces nos aferramos a lo conocido por miedo a la incertidumbre, preferimos inclinarnos por lo “seguro” incluso, aunque haya dejado de ser beneficioso para nosotros, intentamos mantener una realidad que no se sostiene ya por si sola pero que parece darle sentido a nuestra identidad. Ese miedo a perder el control de nuestras vidas, de abandonar lo predecible, crea  una resistencia que se traduce en tensiones, rigideces que limitan nuestra capacidad de fluir y nos impiden evolucionar con la vida.
La única forma de relacionarse con el caos, es entregándonos a él. Lo que sucede en el cuerpo se transfiere a otras áreas y ámbitos del ser humano. En los 5 Ritmos para poder atravesar los procesos de transformación aprendemos a desbloquear corporalmente nuestros apegos, soltando el control que ejercemos sobre nuestro cuerpo, relajamos la cabeza, confiándole a los pies nuestro sostén, explorando alternativas de movimiento diferentes a las habituales. Nos abrimos al universo de la creatividad, atreviéndonos a dejar danzar “al salvaje” en nosotros, que se despoja de parámetros, de juicios, se libera de restricciones sociales, que se entrega plenamente y con confianza al pulso de la vida.
 LIRICO
El Ritmo del Lírico se manifiesta en todo aquello que es de naturaleza liviana, expansiva, es el Ritmo del alma  que se sabe interconectada a todo cuanto existe. Su elemento es el aire. Después de transitar el espacio liberador y creativo del caos, naturalmente el danzante comienza a adentrarse en un estado de ingravidez y liviandad corporal. La sensación de expansión de los límites personales y vínculo con lo colectivo se siente fuertemente en este Ritmo.
El Lírico nos conecta con lo sutil, con la ligereza del alma, ese estado en el que los límites se desdibujan y nos sentimos conectados profundamente a la vida. Aflora cuando dejamos que nuestro niño interior se exprese y nos atrevemos a ser espontáneos y auténticos. En nuestra vida cotidiana lo podemos percibir también cuando emerge en nosotros el deseo de servir a los demás, de contribuir a una causa común, cuando nos conectamos con el pulso grupal, sentimos la unidad de la colectividad.
QUIETUD
La danza es el vehículo, el destino final es la Quietud. Tras la liberación de la energía del cuerpo, habiendo pasado por los otros Ritmos y estados del ser, se llega a un profundo nivel calma y relajación.
Todos los Ritmos confluyen en este último. El recorrido a través de ellos nos ha permitido conectar con nuestro cuerpo en profundidad, expresar las emociones que necesitaban ver la luz, calmar nuestra mente, dar rienda suelta al niño interior y sentir la liviandad de nuestra alma. Desde este lugar, podemos llegar ligeros al Ritmo de la calma y sentir aquello que queda  tras la entrega a los otros Ritmos , el vacío vital que vibra en cada parte de nuestro cuerpo. El estado de Quietud entonces, se instala naturalmente en nosotros.
Gabrielle Roth manifestaba que  el fundirse con la Quietud es objetivo final del danzante de 5 Ritmos.
Su elemento es el éter. La llave para conectar con ese estado de presencia vital es la respiración, acompasamos  nuestros movimientos con ella y  le damos forma a aquello que emerge en el instante presente. Naturalmente nos movemos cada vez más lentamente hasta llegar a un punto en que se tiende a parar el movimiento, nos adentramos en un estado profundamente meditativo.
Gracias a Helena Barquilla por el texto.

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